Michel descubre que en el Balto, el bar que frecuenta para jugar al futbolin, existe un curioso club de ajedrecistas. La mayoria de ellos exiliados (voluntariamente o no) de la URSS.
Guenassia no es un escritor, mas bien es un narrador, una especie de trovador que va contando historias... y las cuenta maravillosamente. Unas son tristes, otras tiernas, las hay evocadoras, casi cursis, y tambien duras, dolorosas, también escandalosas y muchas divertidas. En todas el autor deja una puerta abierta a la esperanza, porque al final los protagonistas de cada historia son unos inconformistas, unos incorregibles, gente que siempre espera que de lo peor vendrá algo bueno, aunque sea tan solo el presente que es mejor que cualquier pasado, pues este es y lo pasado ya no existe.
Por otro lado, el protagonista Michel es el arquetipo de adolescente aventajado a sus compañeros. Un adolescente pura sangre que se enamora y esta dispuesto a romper con todo por defender su amor, que tiene un profundo sentido de la amistad, que defiende su familia cuando esta en peligro porque ama a cada a uno, un adolescente que no duerme porque no hay tiempo para ello si quieres vivir, que se da a cada amigo porque son puras sus intenciones.
Un libro para disfrutar, muy recomendable para los amantes de la lectura, pues la obra esta llena de guiños a los grandes lectores.
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